EL HOMBRE AL QUE NO LE ENSEÑARON CÓMO VIVIR

              Erase una vez un hombre nada especial en su forma de ser. Un sujeto muy tranquilo, discreto y recio en su actuar. No era de él llamar la atención. Nunca defendió una causa, nunca protestó. Siempre tuvo un comportamiento irreprochable, y siempre fue muy respetuoso de las normas.
Aunque este hombre era muy modesto, a veces florecía en él extrañas sensaciones que escapaban de su gris abanico emocional. Dentro de esa plana linealidad de vida, en ocasiones se regocijaba aparentando un vida de éxito y placeres, era su ego que le susurraba exigencias y demandas al oído. Es que la opinión de los demás era tan seductora, que no alcanzaba su corriente y mediocre vida para impresionar.
Fue así como comenzó a construir ante el mundo a un empresario exitoso, con fortunas muy superiores a las que podría aspirar un administrativo. En su mágica fantasía asombraba a su entorno, y él terminaba inflado de tantos halagos.
La realidad a veces era antipática, y le avisaba que sus ingresos se acababan, o le mostraba como su armario se volvía anticuado o ya no contaba con toda la tecnología de punta que vendían los anuncios. (La realidad puede ser tan cabrona cuando quiere.). El hombre entonces comenzaba a afligirse por aquella imagen difícil de financiar.
Pero pronto llegó la solución tocando a su puerta. Personas de trajes entregando y apoyando financieramente al hombre de manera tan fácil y rápida que despertaba sospecha. Sin embargo, este hombre no era de desconfiar. Aceptó la ayuda, sin leer las condiciones, y se sintió nuevamente en el ruedo, renovando auto, placard, y mejorando visiblemente su pasar. No tardó mucho para que entre tanto lujo y gloria, la realidad, la cabrona de la historia, tuviera que hacerle acordar nuevamente que su dinero se había acabado, que su sueldo seguía siendo bajo como siempre lo fue.
La gente que una vez fue generosa, se puso impaciente porque confió en el hombre. El hombre sentía que debía pagarles, era lo correcto, lo justo. "No era tu dinero y nunca lo fue" lo torturaba su enemiga realidad. Pero este hombre si que era suertudo. Así de rapido encontró gente nueva dispuesta a prestarle dinero para saldar su deuda y además un poco más para seguir aparentando. 
El ciclo se repitió decenas de veces, y el afortunado hombre siempre supo encontrar gente que ayudaran a vivir su merecida vida de placeres.
Pero un fatídico día la realidad no aguantó más. Lo enfrentó y le dijo: ya nadie te prestará.
Fue así que el hombre quedó en ruinas. Los amables hombres se volvieron aves de rapiñas apoderándose de todo que tuviera valor. Le sacaron todo, todo aquello que pensó era suyo. No tenía nada, (De hecho nunca lo tuvo en sentido estricto)
El hombre enloqueció, quebrado y sin consuelo terminó en la calle.Semanas duras le siguieron a este pobre sujeto. Con hambre y desesperado, no encontró más remedio que decidir robar. Ya no era el hombre correcto respetuoso de las normas, sólo quería recuperar lo que alguna vez tuvo. No tardó mucho para que lo encerraran.
Frente a un estrado tuvo que defenderse. Lo iban a condenar a prisión. En su defensa se victmizó. Habló de la realidad, dijo que ella tenía toda la culpa, que ella lo empujó a hacer lo que hizo. Que él vivía muy feliz antes, pero fue ella quien le quitó su vida, que ella le negó ser parte de todo.
Nadie lo tomó en serio, todos se rieron del hombre. El hombre nunca supo vivir, nadie le enseñó a vivir, y un día le apareció la realidad y no supo cómo enfrentarla.


Si no descubres cómo vivir la vida, otros te impondrán su modo.


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