Lo que decides creer

Somos personas de fe, y no de "razonamiento científico" pues reconocemos como verdades lo que nosotros decidimos creer. Pocas cosas son comprobadas por nuestros propios sentidos y la mayoría corresponden a afirmaciones de personas o fuentes que confiamos. No sólo no construimos nuestra realidad desde nuestra propia verificación del conocimiento, sino que creemos en otras personas que carecen de iguales condiciones para analizar el mundo con objetividad. Debemos reconocer que aquello que consumimos y asimilamos como conocimiento científico es, como producto humano, irremediablemente imperfecto. La ciencia construye leyes y teorías en función a supuestos y observaciones subjetivas, no hay nada de verdad absoluta ni ley inquebrantable. Así como antes se pensó que la tierra era plana, hoy se discute si somos en esencia masa o energía. Medran investigaciones que partiendo de un mismo fenómeno arriban a conclusiones contrapuestas, abriendo más incógnitas que certezas. Nuestro saber se convierte entonces en una pila de acuerdos sociales entre personas que compartimos iguales limitaciones. Rechazamos lo que no queremos y mostramos apertura a todo hecho que permitimos que nos convenza. ¿ Con qué argumentos podemos entonces juzgar a un religioso, si nuestras creencias tienen un mismo sustento?
Nietzsche en su obra "Más allá del bien y del mal" expresa que el el conocimiento científico es tan sólo una vana pretensión, y la verdad objetiva y desinteresada que intenta reflejar se revela, a su pesar, como una prodigiosa ilusión, una feliz falsificación antropológica que olvida que el mundo sólo es lógico porque previamente nos hemos dispuesto a logificarlo. Ese Universo que nos presenta la ciencia, según Nietzsche, es tan sólo una interpretación y un arreglo del mundo, una adaptación para nosotros mismos pero en absoluto una explicación objetiva del Universo, sino más bien una visión perspectiva del mismo. Pues todo conocer conlleva ya a una interpretación de la realidad, un falseamiento de la misma, en tanto que es contemplada desde una determinada perspectiva; y así todo conocer es un recrear, un inventar la realidad, un dejar aparecer tal o cual aspecto de la misma en detrimento de los demás.
Esta relativización de la ciencia nos ayuda a abrirnos a hacia un análisis más genuino y amplio de nuestro mundo, desprovisto de verdades y leyes absolutas. Reconocer que todos partimos desde una postura de creencia, significa aceptar las diferencias del otro, y entenderlas como igualmente válidas. Quedará luego en cada uno de nosotros elegir lo que decidamos finalmente creer.


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